domingo, mayo 18, 2008

8"Achacandá"Doris



La psicodelia desde una visión enmarañada nos palpa y nos invitan a jugar. Las melodías de Doris detonan en el espacio y le dan forma a un caos acuático sin bordes ni marcos que provoca algo parecido al (t)error musical. Allí se incrustan sensaciones psicodélicas y místicas que toman cuerpo en trece aventuras parecidas a canciones. El resultado de este trabajo, producido por Nacho Rodríguez (cantante y guitarrista de la banda), da la sensación de que los integrantes de Doris nunca hubieran escuchado música. Todo suena raro, esquizoide, desbordado y sin equilibrio. Y allí radica su belleza, en esa desbordante capacidad de sorprender a los posibles escuchas. Bossa nova, arreglos de música clásica, cuarteto, rock enfermo, instantes delicados, guitarras que zumban un noise armonioso... todos los ingredientes en medidas inéditas forman el caldo curativo de Doris que fluye sin atascos por los oídos de los que se atreven a este mar de placer onírico. Con no poca precisión Andrea Prodan le mencionó a este cronista que Doris era lo de lo más recomendable de lo nuevo que había escuchado, hace ya tres años. Evidentemente el oído musical del conductor radial, actor y miembro de Maltratan Hamsters (proyecto basado en melodías vocales) está afinadísimo y adelantado. Mientras se escucha el disco de Doris la música se filtra en el cuerpo y las palabras emanadas hacen que las luces de la ciudad se difuminen en el horizonte. Por un instante todo es menos gris. El sol practica una danza lasciva alrededor de la luna hasta que la penetra. Y en el punto culmine estalla un río de colores sobre nosotros.

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