Desde el pasado, cuando Italia miraba a Inglaterra y los Estados Unidos con fresca adoración... I CORVI, con su surreal show y look, trayendo la primera psicadélia a la peninsula.
jueves, octubre 22, 2009
Alan Sorrenti - Dicitencello Vuje (1974)
cantada por Luca en el docu "LUCA"
El tema es un clásico napoletano, acá interpretado por Alan Sorrenti,musico-cantante que Luca amaba mucho.
Ezequiel Araujo
Siempre fui desprejuiciado”
Aquel Dj de Jugate Conmigo terminó produciendo a El Otro Yo en su despegue del underground, ayudó al Pity de Intoxicados a explorar el hip hop, y en los ‘90 sorprendió a Leo García. Ahora dice estar empezando su demoradísimo primer disco solista. Habrá que ver...
Por Santiago Rial Ungaro
Para empezar, una pequeña adivinanza: ¿qué tienen en común Leo García, El Otro Yo, Adrián Paoletti, Pity de Intoxicados y Antonio Birabent? La respuesta tiene nombre y apellido: Ezequiel Araujo. Todos estos artistas (la lista es más grande) han trabajado codo a codo, golpe a golpe y verso a verso con Eze. Cuesta creer que el mismo que de niño competía como Dj en Jugate Conmigo terminaría ayudando a El Otro Yo a despegar del underground con el aún recordado Abrecaminos. Que el mismo que ayudó al Pity y sus Intoxicados a animarse a explorar el hip hop en Una vela, (hit costumbrista del 2004 que daba mostraba a los Intoxicados dándole otro sonido a sus paseos por el lado salvaje) fue el mismo que en los ‘90 sorprendió junto a Leo García con el pop perfecto de Avant Press, antes de que Leo se lanzara como solista. La gran bestia pop tiene rostro angelical y un agenda abultadísima.
No es fácil contactarlo a Ezequiel Araujo: recientemente separado de María Fernanda Aldana (con quien tiene un precioso niño) y en pleno romance con Débora del Corral, su ruptura fue inevitablemente dolorosa. Ezequiel se había vuelto una cuarta parte de El Otro Yo. La separación dejó a Eze en la necesidad de empezar de vuelta, pero no de cero. Con el están Manuel Schaller y Leandro Martínez, con quienes ya había trabajado en la época de Polidor (algo así como la versión experimental y electrónica de Avant Press) con quienes tiene ahora la productora Polifar.
“Trabajé siete años con El Otro Yo y no tuve ninguna indemnización. Me quedé en cero, perdí todas las cosas que tenía en el estudio, perdí mi casa y lo único que me quedó es la responsabilidad como padre”. También le quedó la chapa de buen productor, ahora está terminando tres discos: el de Leo García, el octavo disco de Antonio Birabent, y el de un tal Joe Fernández (dueño del Café Continental y novio de Flavia Palmiero). Y se vienen otros dos: el de Intoxicados y el segundo disco de Bicicletas.
“Ante todo soy un profesional -.se ataja Eze–. Joe es un personaje y quería trabajar conmigo. Hay personas que quizás tienen todo y nunca hacen nada, y otros que con muy poco pueden llegar a hacer algo”. Eze habla como un productor: “Pienso que mi trabajo es mejorar lo que hay. Si hay que pulir un diamante se hace y si hay que pulir una piedra también. Siempre fui desprejuiciado”.
A todo esto se les suma su postergadísimo disco solista con “cosas que tengo guardadas desde hace tiempo”. Entre esas cositas hay unas sesiones realizadas en conjunto con Adrián Cayetano Paoletti en las que Eze grabó algunas canciones instrumentales a las que el autor de En la ruta del árbol en busca de la canción perdida les cantó encima algunas de sus poesías, devenidas así en deliciosas canciones tecno-pop. El mismo método uso para trabajar con Pity, en lo que promete ser uno de los discos más interesantes que hayan salido por estas latitudes en los últimos tiempos.
Desde chico, Eze se acostumbró a armar sus propios equipos y a producir con lo que había, a la vez que sacaba de oído en el piano los discos que traía su tío desde el último tren a Londres. Mientras tanto se deleitaba con la sonoteca de su abuelo: ahí estaban Debussy, Gershwin... y la Electric Light Orchestra. “Yo me identifico con un tipo como Jeff Lyne, que es mitad músico y mitad productor. Pero siempre me gustaron las bandejas: a los 13 años agarré dos wincofón, un cajón de madera y dos potenciómetros deslizables que me compré y los conecté con el mixer. Ya era un Dj, aunque me acuerdo que en las fiestas pasaba un disco de Génesis en vivo. De tan bananero terminaba siendo experimental”.
Quizá por eso, Eze dejó el colegio a los 14 años y encontró en Experiment (disco avant-garde de los ‘90) una nueva escuela con margen para aplicar su talento práctico de lunes a sábado: “Hace poco Bruno de Miranda me dijo que el primer show que vio de música electrónica fue uno mío deExperiment. Había metido en un taxi un par de bandejas, un moog y una máquina de ritmos y había estado toda la noche haciendo una jam electrónica. Después el sampler me llevó a la música y Leo con su guitarra me llevó de nuevo a las canciones”, resume Eze, su prehistoria musical.
Si a esa combinación de ingenio tecnológico y talento musical (Araujo toca la guitarra, el bajo, los teclados, canta muy bien y tiene un oído prodigioso) le faltaba algo, Eze se lo agregó: “Siempre tuve mucha intuición con las máquinas: pienso que un equipo va a servir para algo o a sonar de determinada forma y después me termina pasando eso. Entiendo la biología de un estudio. Me siento cómodo en cualquier lugar, me gusta tanto captar como modificar. Para mí el estudio es un gran juguete. Vos fijate que en las grabaciones, aún en las más viejas, siempre hay un plus, hay algo más que captar el sonido: siempre hay alguna modificación”. Y, aunque no lo diga, se adivina cual puede ser la causa de su ruptura con El Otro Yo. “En realidad, creo que como productor nunca se me reconoció totalmente. Quizá con el disco de Bristol o el de Cadena. Producir es un trabajo muy desgastante, pero mejora mucho el producto final. Pero si querés hacerlo tenés que estar todo el día con el culo en la silla”.
Aquel Dj de Jugate Conmigo terminó produciendo a El Otro Yo en su despegue del underground, ayudó al Pity de Intoxicados a explorar el hip hop, y en los ‘90 sorprendió a Leo García. Ahora dice estar empezando su demoradísimo primer disco solista. Habrá que ver...
Por Santiago Rial Ungaro
Para empezar, una pequeña adivinanza: ¿qué tienen en común Leo García, El Otro Yo, Adrián Paoletti, Pity de Intoxicados y Antonio Birabent? La respuesta tiene nombre y apellido: Ezequiel Araujo. Todos estos artistas (la lista es más grande) han trabajado codo a codo, golpe a golpe y verso a verso con Eze. Cuesta creer que el mismo que de niño competía como Dj en Jugate Conmigo terminaría ayudando a El Otro Yo a despegar del underground con el aún recordado Abrecaminos. Que el mismo que ayudó al Pity y sus Intoxicados a animarse a explorar el hip hop en Una vela, (hit costumbrista del 2004 que daba mostraba a los Intoxicados dándole otro sonido a sus paseos por el lado salvaje) fue el mismo que en los ‘90 sorprendió junto a Leo García con el pop perfecto de Avant Press, antes de que Leo se lanzara como solista. La gran bestia pop tiene rostro angelical y un agenda abultadísima.
No es fácil contactarlo a Ezequiel Araujo: recientemente separado de María Fernanda Aldana (con quien tiene un precioso niño) y en pleno romance con Débora del Corral, su ruptura fue inevitablemente dolorosa. Ezequiel se había vuelto una cuarta parte de El Otro Yo. La separación dejó a Eze en la necesidad de empezar de vuelta, pero no de cero. Con el están Manuel Schaller y Leandro Martínez, con quienes ya había trabajado en la época de Polidor (algo así como la versión experimental y electrónica de Avant Press) con quienes tiene ahora la productora Polifar.
“Trabajé siete años con El Otro Yo y no tuve ninguna indemnización. Me quedé en cero, perdí todas las cosas que tenía en el estudio, perdí mi casa y lo único que me quedó es la responsabilidad como padre”. También le quedó la chapa de buen productor, ahora está terminando tres discos: el de Leo García, el octavo disco de Antonio Birabent, y el de un tal Joe Fernández (dueño del Café Continental y novio de Flavia Palmiero). Y se vienen otros dos: el de Intoxicados y el segundo disco de Bicicletas.
“Ante todo soy un profesional -.se ataja Eze–. Joe es un personaje y quería trabajar conmigo. Hay personas que quizás tienen todo y nunca hacen nada, y otros que con muy poco pueden llegar a hacer algo”. Eze habla como un productor: “Pienso que mi trabajo es mejorar lo que hay. Si hay que pulir un diamante se hace y si hay que pulir una piedra también. Siempre fui desprejuiciado”.
A todo esto se les suma su postergadísimo disco solista con “cosas que tengo guardadas desde hace tiempo”. Entre esas cositas hay unas sesiones realizadas en conjunto con Adrián Cayetano Paoletti en las que Eze grabó algunas canciones instrumentales a las que el autor de En la ruta del árbol en busca de la canción perdida les cantó encima algunas de sus poesías, devenidas así en deliciosas canciones tecno-pop. El mismo método uso para trabajar con Pity, en lo que promete ser uno de los discos más interesantes que hayan salido por estas latitudes en los últimos tiempos.
Desde chico, Eze se acostumbró a armar sus propios equipos y a producir con lo que había, a la vez que sacaba de oído en el piano los discos que traía su tío desde el último tren a Londres. Mientras tanto se deleitaba con la sonoteca de su abuelo: ahí estaban Debussy, Gershwin... y la Electric Light Orchestra. “Yo me identifico con un tipo como Jeff Lyne, que es mitad músico y mitad productor. Pero siempre me gustaron las bandejas: a los 13 años agarré dos wincofón, un cajón de madera y dos potenciómetros deslizables que me compré y los conecté con el mixer. Ya era un Dj, aunque me acuerdo que en las fiestas pasaba un disco de Génesis en vivo. De tan bananero terminaba siendo experimental”.
Quizá por eso, Eze dejó el colegio a los 14 años y encontró en Experiment (disco avant-garde de los ‘90) una nueva escuela con margen para aplicar su talento práctico de lunes a sábado: “Hace poco Bruno de Miranda me dijo que el primer show que vio de música electrónica fue uno mío deExperiment. Había metido en un taxi un par de bandejas, un moog y una máquina de ritmos y había estado toda la noche haciendo una jam electrónica. Después el sampler me llevó a la música y Leo con su guitarra me llevó de nuevo a las canciones”, resume Eze, su prehistoria musical.
Si a esa combinación de ingenio tecnológico y talento musical (Araujo toca la guitarra, el bajo, los teclados, canta muy bien y tiene un oído prodigioso) le faltaba algo, Eze se lo agregó: “Siempre tuve mucha intuición con las máquinas: pienso que un equipo va a servir para algo o a sonar de determinada forma y después me termina pasando eso. Entiendo la biología de un estudio. Me siento cómodo en cualquier lugar, me gusta tanto captar como modificar. Para mí el estudio es un gran juguete. Vos fijate que en las grabaciones, aún en las más viejas, siempre hay un plus, hay algo más que captar el sonido: siempre hay alguna modificación”. Y, aunque no lo diga, se adivina cual puede ser la causa de su ruptura con El Otro Yo. “En realidad, creo que como productor nunca se me reconoció totalmente. Quizá con el disco de Bristol o el de Cadena. Producir es un trabajo muy desgastante, pero mejora mucho el producto final. Pero si querés hacerlo tenés que estar todo el día con el culo en la silla”.
martes, octubre 20, 2009
lunes, octubre 19, 2009
sábado, octubre 17, 2009
Ay... que lindos recuerdos!
masthead
The Times, London, 18 October 1973
The Times Diary
Beating their privileged bottoms
Press cutting -- CLICK TO ENLARGE -- Image will open in a new windowThe Labour Party's plan to abolish public schools will have raised in the minds of many a former inmate one of the ironies of the public school system. Privileged parents spend fortunes sending their sons to schools where, even as recently as the sixties, they could be beaten savagely.
It seemed timely to check on the incidence of caning in public schools. There is far less of it these days than there was 15 years ago, according to Robert St John Pitts-Tucker, secretary of the Headmasters' Conference. "It's a hoary old question", he said, wondering why a quality paper like ours should be interested.
From a survey of seven major public schools, my reporter found, oddly, that beating was a punishment not used for serious offences. One school, Ampleforth, has abandoned the cane altogether.
The Master of Wellington College, Francis Fisher, says: "The tendency to beat boys was fading out by the end of the fifties. At Wellington I have the right to beat boys and housemasters have the right to beat boys.
Yet, he says, 90 per cent of the boys at Wellington (fees, £813 a year) will go through school without being beaten. Other forms of punishment -- the denial of privileges, for instance -- are found to be more effective. Fisher says that caning is not a suitable punishment for a difficult boy but is sometimes suitable for a good boy who has made a fool of himself, perhaps by being discourteous.
Some believe that there is no corporal punishment at Gordonstoun (average fee £948), the educational seat of the male branch of the Royal Family. The belief is wrong.
The headmaster, John Kempe, says corporal punishment is occasionally used on younger boys but that no boy over 16 is beaten. He says that boys "might get the slipper" if, for instance, they go out beer-drinking.
My reporter was unable to get a statement from Michael McCrum, Headmaster of Eton, about corporal punishment. The school's prospectus makes no mention of the subject. Yet boys at Eton (fees £861) are caned.
William Stewart, Master of Haileybury (£840 a year), say: "Generally, the younger boys are beaten, and usually for things such as vandalism or bullying. But it is up to the discretion of the housemaster which boy gets the cane, since he knows best the psychological and physical make-up of the boys in his house.
At Lancing (fees: £780), the Headmaster, Ian Beer, says: "I have a cane and several of my housemasters have canes, but it is unlikely that more than one boy a year is beaten."
He said that persistent anti-social behaviour -- such as rudeness to domestic servants -- would be regarded as a serious offence, but adds: "We like to find the reason for the anti-social behaviour. Very often the boy needs some sort of guidance -- not the cane."
James Woodhouse, who has been Headmaster of Rugby (fees: £897) for seven years, says that he and his housemasters use the cane. Never more than six strokes at a time are administered. Lancing's maximum is three and Haileybury's four.
The Times, London, 18 October 1973
The Times Diary
Beating their privileged bottoms
Press cutting -- CLICK TO ENLARGE -- Image will open in a new windowThe Labour Party's plan to abolish public schools will have raised in the minds of many a former inmate one of the ironies of the public school system. Privileged parents spend fortunes sending their sons to schools where, even as recently as the sixties, they could be beaten savagely.
It seemed timely to check on the incidence of caning in public schools. There is far less of it these days than there was 15 years ago, according to Robert St John Pitts-Tucker, secretary of the Headmasters' Conference. "It's a hoary old question", he said, wondering why a quality paper like ours should be interested.
From a survey of seven major public schools, my reporter found, oddly, that beating was a punishment not used for serious offences. One school, Ampleforth, has abandoned the cane altogether.
The Master of Wellington College, Francis Fisher, says: "The tendency to beat boys was fading out by the end of the fifties. At Wellington I have the right to beat boys and housemasters have the right to beat boys.
Yet, he says, 90 per cent of the boys at Wellington (fees, £813 a year) will go through school without being beaten. Other forms of punishment -- the denial of privileges, for instance -- are found to be more effective. Fisher says that caning is not a suitable punishment for a difficult boy but is sometimes suitable for a good boy who has made a fool of himself, perhaps by being discourteous.
Some believe that there is no corporal punishment at Gordonstoun (average fee £948), the educational seat of the male branch of the Royal Family. The belief is wrong.
The headmaster, John Kempe, says corporal punishment is occasionally used on younger boys but that no boy over 16 is beaten. He says that boys "might get the slipper" if, for instance, they go out beer-drinking.
My reporter was unable to get a statement from Michael McCrum, Headmaster of Eton, about corporal punishment. The school's prospectus makes no mention of the subject. Yet boys at Eton (fees £861) are caned.
William Stewart, Master of Haileybury (£840 a year), say: "Generally, the younger boys are beaten, and usually for things such as vandalism or bullying. But it is up to the discretion of the housemaster which boy gets the cane, since he knows best the psychological and physical make-up of the boys in his house.
At Lancing (fees: £780), the Headmaster, Ian Beer, says: "I have a cane and several of my housemasters have canes, but it is unlikely that more than one boy a year is beaten."
He said that persistent anti-social behaviour -- such as rudeness to domestic servants -- would be regarded as a serious offence, but adds: "We like to find the reason for the anti-social behaviour. Very often the boy needs some sort of guidance -- not the cane."
James Woodhouse, who has been Headmaster of Rugby (fees: £897) for seven years, says that he and his housemasters use the cane. Never more than six strokes at a time are administered. Lancing's maximum is three and Haileybury's four.
Un extraño encuentro

En mi querido Mercado de San Cristobal, encuentro un volumencito amarillento de 'Colección Cientifica' Los Amorales dedicado (este numero, se entiende) a La Machonas (!).
Una joyita freak editada en epoca de represión bajo la justificación de ser una 'investigación', pero dando voz a ciertas 'deviaciones tapadas' (la flagelación, la homosexualidad) y cosas por el estilo.
Editoría Argentina de los años 50 muy graciosa al leerla unos 50 años después... o sea, ahora.
Aqui representado: otro numero de la serie, dedicado a Las Virgenes!
A los lectores:
En este número de la Colección Científica nos ocupamos del problema de la virginidad, problema muy agudo para la conciencia occidental. Moral e instinto se entrecruzan al pretender sondear este problema. En lo referente a la virginidad corre más el escepticismo que la fe por la mente de la mayoría de los hombres
Schopenhauer y Voltaire pueden contarse entre los clásicos escépticos. Este último comentó con su ironía característica: "Entre los méritos que asisten a Juana de Arco cabe señalar en forma destacada el que lograra conservar la virginidad durante un año". El dicho de P. Limayrac: "La virginidad es como la poesía: para los tontos no existe" marca sin duda el antípoda de la norma volteriana
En fin, cada una de nuestras lectoras y de nuestros lectores tendrá su idea formada al respecto (sería interesante que nos escribieran sobre ello)
El trabajo sobre Gide, el exquisito autor de "Si la semilla no muerte", "Corydon" y "Et nunc manet in te", que informa asimismo el presente volumen, encierra mucho interés pues señala notables detalles de la vida íntima de relevantes personalidades.
La segunda parte del trabajo sobre la flagelación será debidamente apreciada por la originalidad y la rareza de los textos y las ilustraciones, así también como este otro capítulo de la Prostitución masculina en París, que se debe a la pluma del ex jefe del Departamento de Costumbres de la policía parisina, cuyas pesquisas y observación en los bajos fondos de la amoralidad llegó a informar las obras de los eminentes sexólogos de este siglo, y cuyo nombre es F. Carlier.
Otras notas de interés y nuestra habitual y única" sección de correspondencia completan esta sexta edición de la Colección Científica que entregamos a la amable consideración de nuestros lectores.
Los Amorales publicación periódico de temas científicos, literarios e históricos. Director: Rodolfo Alberto Seijas.
Colaboradores Estables:
Janos Zudeski.
Saúl Nervo.
Estela Blood.
Martha Sthendal.
Profesor Adolfo Boquini.
Que placer....
viernes, octubre 16, 2009
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